La historia del héroe es una metáfora universal que puede servir para contar la vida de cualquier persona, incluso la tuya:
Creciste en un barrio donde todos los chicos tuvisteis más o menos las mismas oportunidades.
Pronto se te quedó pequeño y empezaste a salir con amigos por los pueblos de alrededor, a conocer cuadrillas de otros lugares ,y terminaste encontrando trabajo en el centro.
Te emancipaste en cuanto tu primer trabajo te lo permitió, deseoso de vivir nuevas experiencias y disfrutar de alternativas de ocio más sofisticadas.
Te mudaste a un sitio más céntrico, viviste aventuras urbanas, te llevaste algún que otro chasco de los que saliste fortalecido, te enamoraste varias veces y también formaste una familia.
Fue entonces cuando te diste cuenta de que echabas de menos la idea del barrio, ver a tus padres, ya mayores, a diario, que tuvieran más contacto con tus hijos, y que éstos tuvieran una infancia parecida a la que con tanto cariño recuerdas.
Entonces, siendo el mismo, pero diferente, más maduro y sabiendo mejor lo que quieres y sobre todo, lo que no quieres, volviste al barrio. Regresaste para compartir todo eso que habías aprendido fuera, con los de casa.
Y con sorpresa, encontraste que los lugares de tu infancia habían sufrido una transformación parecida a la tuya, y aunque siguen siendo los mismos en muchos aspectos, también son ahora algo diferentes.
Las personas que atienden los comercios que aún permanecen abiertos, son las mismas pero algo mayores, algunas se jubilaron y algunas caras nuevas están cogiendo su relevo.
Son las que te sonríen cada mañana y te conocen. Si tuvieras algún problema, todas estas personas saben quién eres, conocen a tu familia, podrían socorrerte si tuvieras un apuro, alguna vez tu hijo ha dejado la mochila en la panadería junto a tu casa mientras llegabas del trabajo, para irse a dar unas patadas al balón en la plaza de al lado.
Todas esas tiendas, esos comerciantes han llegado hasta aquí sin necesitar internet, Tik Tok o Meta, sin ser influencers ni promocionarse en Amazon. Algunos no tienen página web, pero sí que tienen una gran sonrisa y un saludo para ti por las mañanas, cuando te vas a trabajar, y por las tardes, cuando vuelves a tu hogar llevando a cuestas tus pequeños logros y aprendizajes del día.
Están ahí, formando parte del atrezzo en el que cada día te mueves. Cuando sales de tu portal por las mañanas ya te encuentras con el vendedor de cupones, que ha madrugado un poco más que tú para pillar a todos los vecinos que toman un rápido café antes de ir a trabajar.
En esa degustación bajo tu casa, que tiene los mejores bollos de mantequilla que has probado nunca. De niño, estabas deseando tener que ir al médico porque tu abuelo siempre te invitaba a desayunar algo especial allí antes de dejarte en el colegio.
En la tienda de ultramarinos que sigue sobreviviendo, donde esa señora de toda la vida ofrece miel casera y hortalizas que cultiva en su propia huerta. Su hija puso una floristería en el local de al lado, y hace unos arreglos preciosos para las novias del barrio. Su escaparate no tiene nada que envidiar a las revistas de decoración: la pasada navidad hizo auténticas obras de arte con plantas de pascua y elfos de porcelana, que todos los viandantes se paraban a mirar.
La peluquería donde tu madre se arregla semanalmente el cabello y se pone al día de lo que pasa en el barrio mientras lee revistas del año pasado, e incluso del anterior.
La tienda de chuches, siempre frecuentada por chavales que se quedan en la acera, comiendo flashes y socializando con otros chicos de su edad.
La carnicería que lleva ya un par de generaciones llamándose por el apellido de su fundador, ahora gestionada por el hijo que empieza a pintar canas, lo que te hace darte cuenta de que el tiempo ha pasado para todos, también para ti.
Muchas cosas han cambiado en el barrio: el estilo de vida, y la cultura. Pero hay otras que siguen como siempre las has conocido.
Y sin embargo… es inevitable, la realidad y la tecnología son tan abrumadoras que no se puede vivir al margen de ellas. Quien más y quien menos, tiene un terminal móvil smartphone con acceso a internet, y el barrio está revolucionado con la normativa de Ticketbai, que permitirá una mayor transparencia con la facturación, pero empieza obligando a inversiones a los ya de por sí sacrificados comercios de toda la vida.
Ahora todos tendrán que hacer un cambio en su dinámica con este nuevo invento de Ticketbai, incorporando internet desde la más pequeña tienda hasta el supermercado más moderno y espacioso.
En Nubip conocemos tu historia porque también somos tu barrio. Somos esa empresa que prefirió hacer proyectos a medida con cariño en vez de competir con grandes ofertas de volumen, que hacen impersonal el trato con el cliente.
Te conocemos. Y pensando en todos esos comercios que han llegado hasta aquí sin necesitar internet, te ofrecemos nuestra solución básica para Ticket Bai.
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Invertimos en el cliente porque es nuestro mejor embajador.
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Apuesta por Nubip. Nuestras reseñas hablan por nosotros.
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